
América Latina juega un papel crucial en la transición energética global, destacándose como una región con un alto potencial para la implementación de energías renovables, incluyendo la producción de biocombustibles. El aceite vegetal usado (AVU) emerge como una fuente clave para la generación de biocombustibles sostenibles, aportando soluciones efectivas para la descarbonización del transporte y otros sectores.
Panorama actual en América Latina.
Los biocombustibles son una opción viable para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la región. Países como Brasil, Argentina y Colombia lideran iniciativas en este campo. Por ejemplo:
Brasil: Reconocido por su avanzada industria de bioetanol derivado de caña de azúcar, el país busca diversificar su matriz energética con biodiésel producido a partir de AVU y otros recursos. Este enfoque podría reducir significativamente las emisiones del transporte.
Colombia: Implementa mezclas obligatorias de biodiésel y bioetanol en combustibles fósiles, alcanzando un 10% en biodiésel (B10). Estas medidas han contribuido a disminuir hasta un 84% las emisiones del diésel convencional.
Argentina: Con su fuerte industria agrícola, desarrolla biocombustibles basados en aceites reciclados, lo que favorece tanto la economía circular como la sostenibilidad energética.
Chile: A través de iniciativas privadas, Chile está explorando el uso de AVU como fuente para biocombustibles. El proyecto "Bioenergia Sustentable" tiene como meta recolectar el 50% del AVU producido en Santiago para 2025.
El reciclaje de AVU en América Latina está tomando relevancia como materia prima para la producción de biodiésel y biocombustibles avanzados. Empresas locales y multinacionales invierten en infraestructura para recolectar y procesar este recurso, destacando su impacto positivo en el medio ambiente y la economía:
Reducción de residuos: El reciclaje de AVU previene la contaminación de agua y suelos, un problema común cuando estos aceites son desechados de manera inapropiada.
Generación de empleo: La cadena de recolección, procesamiento y producción de biocombustibles crea nuevas oportunidades laborales en las comunidades.
Autosuficiencia energética: Promueve la diversificación de la matriz energética, disminuyendo la dependencia de combustibles fósiles importados.
Retos y oportunidades
A pesar de su potencial, la región enfrenta desafíos como la falta de marcos regulatorios claros, incentivos económicos limitados y la falta de infraestructura adecuada para recolectar y procesar AVU. Sin embargo, con cooperación regional y apoyo internacional, estos obstáculos pueden superarse, acelerando la transición energética.
Conclusión
La transición energética en América Latina requiere aprovechar fuentes sostenibles como el aceite vegetal usado (AVU), una materia prima clave para la producción de biocombustibles que puede marcar la diferencia en la lucha contra el cambio climático. En Sonne desempeñamos un rol esencial al garantizar la recolección y transporte seguro del AVU, conectando a generadores de residuos con plantas de transformación de manera eficiente y responsable.
Referencias
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